El amor es extraño (2014) 04/12/2014

Una crítica de Aurea García Fernández

Director

Ira Sachs

Año: 2014   Guión: Ira Sachs, Mauricio Zacharias   Fotografía: Christos Voudouris   Título original: Love is Strange
Intérpretes:

John Lithgow

Alfred Molina

Marisa Tomei

Referencias externas cineastas:

Leo McCarey

Woody Allen

Referencias externas películas: Dejad paso al mañana

Esta película es la segunda de una trilogía cuya primera parte "Keep the Lights On" presentaba una tormentosa y compleja relación amorosa entre un realizador de documentales y un abogado. En esta segunda parte los dos hombres que forman la pareja protagonista (hay otras en la peli hetero y homo) llevan una relación de casi cuarenta años asentada y equilibrada lo cual les impulsa a tomar una decisión: casarse ya que la nueva legislación se lo permite. El tema de la tercera entrega según el director será el de la amistad entre dos niños uno de ellos gay y su búsqueda de la identidad.




Así pues el comienzo de la película con la alegre celebración de esta boda no puede ser más feliz pero...ellos no contaban con que en Estados Unidos no existen leyes que protejan del despido por la orientación sexual de los trabajadores ya que el estado (ese estado delgadito, delgadito que defienden con uñas y dientes los ultraliberales darwinistas modelo Esperancita A. que, de tan delgadito, enseguida se les contamina de los virus más indeseables y corruptísimos tan altamente tóxicos para la gran mayoría de ingenuos ciudadanos pacíficos); pues bien ese estado sigue temiendo a estas alturas interferir con las leyes de la iglesia. También en U.S.A.

Pero tranquilos nuestros protagonistas carecen por completo de cualquier espíritu reivindicativo y no van a luchar por defender sus derechos que con el dichoso matrimonio han quedado muy pero que muy perjudicados. Ellos acuden a la familia y los amigos para tratar de solucionar el problemita que es realmente un problemazo generando con ello una serie de situaciones incómodas para todos: pero así es el darwinismo social imperante en el imperio. Se trata pues de una historia de amor adulto puesta a prueba inesperadamente.

Situaciones así ya se vieron en el cine hollywoodiense de los años treínta como en la estupenda película de Leo McCarey "Dejad paso al mañana" de 1937, aunque la pareja no era gay evidentemente pero el planteamiento es el mismo y de hecho el director,Ira Sachs reconoce haber bebido en esas fuentes, es decir en las comedias de enredos matrimoniales de esa época en las que como en la película que comentamos el drama y la comedia se funden sin que se llegue nunca a mayores, quiero decir que un poco "pastelito" si que nos resultó. Nunca se llega a grandes momentos melodramáticos sino que la película se construye sobre momentos diríamos "intermedios" y en ocasiones rozando lo divertido sin pasarse. Y es que la peli tiene un cierto aire Woody Allen sobre todo en las escenas corales y en las salidas al exterior callejero pequeño burgués neoyorquino.

Como decía al principio pese a esas pinceladas "sociales" del conflicto laboral y económico que provoca el susodicho matrimonio la película va a tirar por el lado sentimental y las pequeñas crisis domésticas que se producen en cualquier relación; los momentos "intermedios" como decía pues al verse obligados a vivir en casa ajena y separados después de una vida muy cómoda y consolidada y el esfuerzo de todos por ser amables les va a producir a todo el grupo situaciones de estrés no deseadas pero inevitables en una convivencia forzada por circunstancias no previstas que afectan a todos.

La interpretación de todos es magnífica especialmente la de los "prota" Alfred Molina, como el profesor expulsado del colegio religioso en el que imparte sus clases de Música, que al casarse pese a que se supiera de sobra que convivía desde hacía años con otro varón pero...la legalización de esa unión hace saltar todas las alarmas de la consuetudinaria hipocresía eclesial que no tolera de ningún modo la nueva situación ahora sí "legal" pero...como nos decía nuestro maravilloso profesor de Filosofía del Instituto Sr. Pacios cuando contemplaba nuestras caritas de asombro ante los nuevos conocimientos "y ahora...átenme esas moscas por el rabo".

También magnífico John Lithgow interpretando al cónyuge bohemio pintor de cierto éxito. Los dos a los que hemos visto en otro tipo de papeles dan la talla sobradamente y hacen la historia muy creíble que resulte grata y se deje ver. Ah! pienso que la escena final con los adolescentes patinando por la calle ante una bella puesta de sol neoyorquina pudiera ser el nexo con la anunciada nueva entrega del director.