Soy o no soy (1983)
20/04/2010
Una crítica de El Despotricador Cinéfilo
Director

Alan Johnson
Año: 1983
Guión:
Thomas Meehan, Ronny Graham
Música:
John Morris
Fotografía:
Gerald Hirschfeld
Título original: To be or not to be
Intérpretes:
Referencias externas cineastas:
Ernst Lubitsch
James Whale
Rowland V. Lee
Referencias externas películas:
La Sombra de Frankenstein, El jovencito Frankenstein, Ser o no ser
Director

Alan Johnson

Alan Johnson
Año: 1983 Guión: Thomas Meehan, Ronny Graham Música: John Morris Fotografía: Gerald Hirschfeld Título original: To be or not to be
Intérpretes:
Referencias externas cineastas:

Ernst Lubitsch

James Whale

Rowland V. Lee
Referencias externas películas: La Sombra de Frankenstein, El jovencito Frankenstein, Ser o no ser
Curiosamente, hace unos días vi la (excelente pero muy olvidada) película La sombra de Frankenstein (Rowland V. Lee, 1939) y me ha hecho confirmar, por enésima vez, lo sublime que es El jovencito Frankenstein (Mel Brooks, 1974) y cómo Brooks supo extraer, muy sabiamente, lo mejor de las películas del famoso monstruo.
Yo siempre había pensado que todo el material cómico había sido obtenido de las dos famosas películas de James Whale, pero qué gran sorpresa la mía al comprobar que esta nueva secuela tiene algunos de los mejores momentos de toda la saga, luego tan magistralmente parodiados por el amigo Mel Brooks.
Esto me hizo volver a pensar en por qué la filmografía de este autor está plagada en su totalidad de bazofias y cómo El jovencito… era la única muestra de un inmenso talento que empezó y acabó en una sola película. Pero de repente recordé cómo en mi niñez una de las veces que más disfruté en el cine fue viendo Soy o no soy (el peculiarísimo remake que en los años 80 Brooks hizo del clásico Ser o no ser de Lubitsch).
Por ello, con más miedo que ilusión, me enfrenté nuevamente a esta película que tan buenos recuerdos me traía, dispuesto a perder la emoción infantil que aún conservaba. Pero cómo me alegra comprobar que no hubo decepción alguna; es más, me reí y me encantó porque conservaba todo el encanto que tuvo en su día. Por supuesto que desmerece si es comparada con la sublime Obra Maestra de Lubitsch, pero, si se consigue visionar con ojos puros e inocentes, estamos ante una magnífica comedia con un Mel Brooks muy contenido y comedido en sus habituales excesos.
Soy o no soy es, por supuesto, una simplona y banal comedia para disfrutar y olvidarla enseguida; pero nadie podrá negar que tiene algunos aciertos que te hacen pasar un rato más que agradable y divertido. Y, sinceramente, es todo un alivio, pues son tantas las películas que adorábamos de niños que luego pierden la magia con el paso de los años que, cuando ocurre el proceso inverso, nos sentimos doblemente reconfortados.