El show de Truman (1998)
03/09/2008
Director
Peter Weir
Año: 1998
Guión:
Andrew Niccol
Música:
Burkhard Dallwitz
Fotografía:
Peter Biziou
Título original: The Truman Show
Intérpretes:
Referencias externas cineastas:
Richard Marquand
Steven Spielberg
Referencias externas películas:
Salvar al soldado Ryan, Star Wars. Episodio VI. El retorno del Jedi
Director
Peter Weir
Peter Weir
Año: 1998 Guión: Andrew Niccol Música: Burkhard Dallwitz Fotografía: Peter Biziou Título original: The Truman Show
Intérpretes:
Referencias externas cineastas:
Richard Marquand
Steven Spielberg
Referencias externas películas: Salvar al soldado Ryan, Star Wars. Episodio VI. El retorno del Jedi
Cuando vi por primera en el cine El show de Truman me disgustó levemente, porque no entendía la fría, distante y artificial dirección de Peter Weir. Al verla por segunda vez comprendí perfectamente lo inteligente que había sido, así como que dicha dirección es justo la que necesitaba la película, es más, me pareció una de los mayores aciertos y geniales toques por parte de un director, digno de un Oscar (y probablemente lo hubiera ganado de no haber tenido que competir contra el mismísimo Spielberg de Salvar al Soldado Ryan). Ahora que la he visto por tercera vez me maravillo más todavía de lo académicamente perfecta que es la película, y como es una de las obras más sólidas y geniales de su director.
Pero si hay algo en que coincido en las tres veces que la he visto es que siempre he detectado y encontrado el mismo fallo, y no cabo comprender porque algo tan evidente no llama la atención primero al guionista y luego al director.
Uno de los puntos fuertes del film es sin duda la multimillonaria audiencia que tiene el programa, cifrada en cientos de millones de telespectadores, y sin embargo Weir siempre nos muestra los mismos 4 ó 5 personajes viendo el show, y en mi opinión es un error, sobre todo en la escena final cuando Truman por fin se libera y todos estallan de alegría. Ese momento de júbilo debería haber sido impactante, universal, festivo y arrollador, pues es el climax total de la película, y sin embargo es cutre, apagado y con muy pocas dosis de emoción, ¿tanto costaba intercalar nuevos personajes globales seguidores del show?, ¿no es evidente que esa escena necesita a gritos más emoción a base de multitud de personas celebrando tan magno momento al más puro estilo del final de El retorno del Jedi (Marquand, 1983)?.
No se, quizás deba verla dentro de unos años por cuarta vez, y así comprender porque Weir rodó un final tan aséptico y poco conmovedor, pero queda claro como siempre estos pequeños detalles son los que diferencian una película académicamente perfecta de una Obra Maestra.